Murcia, 09 de agosto, 2023
Fundación Hefame se ha unido a la Fundación Santa Clara y a Mensajeros de la Paz para ayudarles a construir un hospital de campaña que permita atender de manera urgente a los heridos de la guerra de Ucrania en las zonas de conflicto, evitando las consecuencias que puede provocarles la espera hasta ser atendidos en centros sanitarios más seguros.
El hospital de campaña contará con tres quirófanos, dos unidades de UCI, dos unidades de esterilización, sección de rayos X y laboratorio, y se destinará a operar y estabilizar a personas heridas, civiles o militares, para, posteriormente, trasladarlas a otros centros donde reciban la atención que necesiten hasta su completa recuperación.
El centro estará totalmente equipado y dispondrá de personal sanitario cualificado y suficiente para realizar entre 20 y 30 operaciones diarias, con un servicio continuado las 24 horas del día. Se trata de una solución de emergencia dirigida a salvar vidas que podrían estar en peligro si no reciben atención inmediata.
Se trata de una nueva acción de apoyo de la cooperativa a los damnificados de la guerra de Ucrania, que comenzó hace casi un año y medio y no ha dejado de provocar víctimas. Las organizaciones receptoras de esta donación han subrayado su valor en unos momentos en los que, según apuntan, las ayudas están decayendo.
Desde el estallido de la guerra, Fundación Hefame ha desarrollado distintas acciones que muestran su compromiso con las víctimas del conflicto ruso-ucraniano, entre las que se han incluido la donación de 54.000 euros a la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a Cepaim y a Accem, para ayudar a 6.000 desplazados en las fronteras de Ucrania y a los refugiados llegados a España, a los que se impartió educación con material escolar y entre los que se ofrecieron viviendas para familias con bebés y menores a su cargo.
En una segunda fase, Hefame y Proyecto Nadiya recaudaron 14.200 euros, gracias, en gran parte, a la generosidad de ‘Reconecta Conductas’, que se invirtieron, por un lado, en alimentos no perecederos para los civiles y militares que se encontraban en las zonas del conflicto, y por otro, en la adquisición de cunas climáticas para atender las necesidades que provocó el incremento de nacimientos prematuros como consecuencia del estrés.